Para crear la ciudad de hoy día, carente de personalidad, carente de intención emocional , no podemos concebir la figura del arquitecto como un ente fundamental, ya que sin él se van a seguir haciendo estas “ciudades”.

      Pero para crear la ciudad no solo funcional, sino también emocionalmente hablando sí que podemos considerarlo una figura fundamental, viéndola siempre juntos a otros integrantes de un conjunto. Es en este grupo dónde el papel del arquitecto ha de ser el de dotar al resto de integrantes de una visión más amplia, que vas más allá del mero hecho de construir por construir. Ha de aportar las ideas y las inquietudes de las personas, así como sus necesidades.

     Cuando has viajado por diferentes ciudades, cada una de ellas te deja una sensación, unas determinadas emociones a la hora de vivirla, es ahí donde el arquitecto debe de entrar para saber que emociones se quieren transmitir.

      Por tanto, si queremos hacer ciudad, ¿debemos tener en cuenta al arquitecto?, sí pero entendiendo esta figura como una manera de concebir las cosas, no como a una persona que decida caprichosamente.

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