Dependiendo de la época de la que hablemos, el arquitecto ha aportado distintos conocimientos según la formación recibida en su tiempo y las necesidades de las personas en ese momento.

La ciudad ha cambiado mucho a lo largo de los siglos. En sus inicios, por ejemplo época griega y romana, se requerían espacios de reunión para grna cantidad de personas, así como calles, calzadas, puentes..etc adaptadas al transporte de la época. La formación del arquitecto era básicamente artística, por lo que su aportación era más bien teórica, al igual que en el barroco con la aparición de las grandes plazas.

          Hasta hace poco tiempo, su formación fue en escuelas de bellas artes, pero eso no quitaba que pudieran diseñar desde una simple casa hasta un parque del estilo del de Versalles.

         En época más reciente, con el boom de las ciudades, el papel del arquitecto decayó. Puede que fuera debido a no dar a basto o a que necesitaba de otros profesionales para realizar su trabajo; por lo que ingenieros que compartían trabajo con arquitectos pasaron a hacer ellos solos otros muchos proyectos de urbanización de la ciudad.

          En mi opinión, aquello fue lo que hizo que perdiéramos parte de la historia, ya que algunos se dedicaron a destruirla y construir encima.

          La pregunta por la que iniciamos esta reflexión fue ¿Qué pueden aportar los arquitectos a la construcción de la ciudad hoy en día?

          Bien, en nuestro tiempo tenemos una formación más técnica, por lo que trabajos que antesno podíamos llevar a cabo, ahora sí, o por lo menos más que antes. También tienen conciencia y se preocupan por mantener la historia, una parte muy importante de la ciudad, la que hace que sea esa ciudad y no otra.

          En último lugar, el arquitecto se preocupa por satisfacer las necesidades de las personas, estudiando recorridos, hábitos etcétera, manteniendo además ese componente de ciudad artística y creativa que tanto llama la atención y provoca un sentimiento de emoción que en estos años atrás se había llegado a perder.

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