Partiendo de la idea del texto, entendemos las ciudades en su conjunto como un espacio público, permitiendo así no solo ver arquitectura social en aquellos edificios aislados destinados a la gran masa y con un uso colectivo, sino en todas las plazas, calles, parques, hitos y demás arquitecturas individuales que conforman un espacio y producen sensaciones en el habitante de la misma.

Pretendemos dejar de lado las nuevas arquitecturas, las cuales pretenden crear ciudad gracias a únicamente su factor de escala, función o uso ideal, y no atienden a factores sociales o a la mínima idea de la sensación que producirán en el habitante y su entorno.

 Estos proyectos son los que critica Sola Morales, una arquitectura equivocada que no va a asentarse, sino que con el paso del tiempo se irá perdiendo y no habrá generado un espacio que represente a esa ciudad o que tome algo de ella.

Debemos crear una arquitectura que potencie la idea de urbanismo, debemos ver ambos como uno, un modelo en el que tomemos conciencia de que los nuevos proyectos se deben diseñar desde el conocimiento de la ciudad, sus materiales, relaciones con el entorno... es decir, crear arquitectura con esa “piel” que define cada ciudad, un elemento propio de ese conjunto único que es cada una.

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