En este texto se indaga en la diferencia existente entre ciudades naturales, espontáneas y ciudades artificiales, construídas por diseñadores.

El autor considera que la clave en esa diferencia se encuentra en que las ciudades naturales presentan una estructura de semirretícula y las nuevas de árbol.

Entonces, ¿cuál es el problema?, ¿los diseñadores no saben diseñar de una forma compleja que no sea en árbol o nuestra mente tiende a las formas simples y no a las complejas?. Según mi opinión creo que es nuestra mente, ya que hay una gran diversidad de pruebas en las que nos ponen delante un conjunto de figuras y siempre nos acordamos y tendemos a representarlas como figuras simples separadas y aquellas que están superpuestas no las recordamos ( porque son más complejas). Por lo tanto también considero que ahí está el éxito entre esas ciudades naturales y las artificiales, porque al diseñar no tenemos que separar los elementos sino mantenerlos y ver la relación que hay entre ellos y superponerlos. Está claro que estoy en contra de todos esos proyectos que crean como comunidades aisladas: ejemplo de ello es la creación de un campus separado de la ciudad cuando considero que tiene que convivir con ella, tocarla tanto un peatón que pasea por la ciudad como un estudiante y esta idea si la veo presente por ejemplo en Los paseiilos de Granada, porque creo que ese espacio hace que ese campus sea tocado tanto para aquel que va a clase, como una persona que realiza deporte, pasea, se traslada....

Por lo tanto todo tiene que relacionarse, superponerse y no aislar y crear comunidades individuales que no den lugar a la relación, contacto... AHI ESTÁ EL ÉXITO DE LAS CIUDADES NATURALES.