Proyecto: Urban Games 2013
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
A la hora de crear una ciudad nueva o de ordenar una ya existente los planificadores, nosotros, recurrimos a nuestra racionalidad, como es lógico para llevar a cabo dicha ordenación o creación. El problema es que en nuestra racionalidad solo podemos, siguiendo la metáfora del artículo, ver un árbol. Es decir, todo estructurado: Unas raíces (la gente que crea la ciudad y las relaciones de estas con el medio) un tronco (el viario principal que conecta a todas estas personas) y las ramas (el viario secundario y los elemento que generan el movimiento interno de la ciudad).
El problema es que estas relaciones que se establecen no podemos manejarlas con nuestra racionalidad, y muchas veces se omiten, creando las ciudades árbol, aquellas en las que a la hora de planificarse no se han tenido en cuenta las relaciones entre personas muy diferentes, o relaciones que simplemente son las que mueven una ciudad, así, la ciudad crece sin superposiciones que generen vida en ella.
Así, siguiendo de nuevo con la metáfora, debemos saber que la ciudad es un semiretículo, el cual para funcionar necesita de superposiciones. Por ejemplo, una ciudad universitaria debería ser proyectada a través del crecimiento de esta universidad, es decir, que se necesiten una a la otra y por tanto no separarlas, no hacer de ellas organismos diferentes.
Una ciudad sin relaciones, sin superposiciones, tiende a la disociación de sus elementos, generando conflictos no tratados y que al final crearan problemas. Una ciudad pensada para solucionar esas superposiciones, y tomarlas como algo natural y esencial de ella misma será una ciudad que aunque posiblemente se haya planificado como un árbol, funcione como un retículo.
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