La arquitectura de autor es una enfermedad. Con esta afirmación Manuel de Solà-Morales crítica la arquitectura del momento, en la que no se valora el valor arquitectónico, o la funcionalidad, o simplemente la necesidad de ese edificio para la ciudad, si no el nombre de quien lo ha hecho y cuan inverosímil es la forma del nuevo ovni que aterriza en la ciudad. Esta arquitectura de autor se ve impulsada por la manera en que se ve arquitectura actualmente, y se conoce, a través de fotos. Muchas veces se juzga una arquitectura por cuan bonita sea la foto, sin haber vivido esa arquitectura, banalizando la profesión.

       Por otro lado crítica que lo que motive al alumnado de arquitecturas en la actualidad sea el desarrollo personal, el intentar asemejarse a esas estrellas mediáticas que ya con poner su firma se considera buena arquitectura su edificio. La frase de si no voy a ser como éste, que hago estudiando, la escuchamos muy a menudo y es algo que debe dejarse atrás. La buena arquitectura muchas veces es arquitectura anónima, aquella que no persigue los focos.

       Así critica a aquella arquitectura que huye de lo material. Cree que puede existir esta arquitectura conceptual, inmaterial, pero también afirma que esta no puede existir sin los ejemplos materiales que hay. Además, esta arquitectura conceptual es importante en tanto que generan un debate a la hora de llevar a cabo arquitecturas materiales, las que de verdad importan, las que aportan a la sociedad.

       En lo que se refiere a urbanidad vemos que la ciudades de hoy en día se mucho más atractivas que las medievales. Son mucho más variadas. Es cierto que las ciudades antiguas son muy bonitas, para verlas, pero no aportan variedad y emoción a la ciudad. Sin embargo, estamos ante una ciudad muy variada en la que la urbanidad se puede sentir y vivir. Quizás lo que falte es esa belleza que reside en lo antiguo, quizás las reglas estéticas cambien y esta variedad pase a formar parte de una nueva belleza más de la ciudad actual, que si bien no tiene, por lo general, buena arquitectura, es mucho más atractiva que la ciudad mediaval.