Proyecto: Urban Games 2013
Tema: Reflexión Final
Coordinadores:
abarca
dacama
Tras estos meses de curso, en los que hemos ido acercándonos de distinta formas a la ciudad, he podido darme cuenta que para referirse a ciudad, no hace falta hacerlo a una gran escala, sino que cualquier detalle o cualquier relación es ciudad.
Desde los orígenes de la sociedad, en las que siempre, las relaciones sociales se han hecho ‘de puertas hacia afuera’, existen una serie de conceptos que se han mantenido en el desarrollo de las ciudades hasta nuestros días, quizá con distintos matices o con distinta apariencia física, pero con un mismo fundamento.
El siglo en que vivimos, la era de la tecnología y el desarrollo, pero sinceramente, en muchas ocasiones me pregunto ¿de verdad somos la sociedad más desarrollada de la historia de la humanidad? Una sociedad que se rige por los valores económicos e intereses personales antes que en los valores sociales y aspectos más –como definirlos – básicos, primitivos.
Llevando esta reflexión al concepto de lo que hoy llamamos ciudad, sea más grande o más pequeña, supongo, a la mayoría se le viene a la mente la interacción de grandes avenidas rectas a las que no se le ve el fin, colmatadas de vehículos atascados con el claxon sonando, edificios que ensombrecen todo el paseo que día a día tenemos que pasear, para ir al trabajo, a casa, al gimnasio… pero es que, si detrás de estos edificios está la reflexión que cuantas más plantas tenga, mayor superficie construida, lo que supone más dinero en el bolsillo del constructor, qué más da como repercuta a la ciudad, es fuente económica, la ciudad es secundaria…
Creo que estos aspectos, que sin ninguna dificultad encontraremos en el pensamiento de la mayoría de la población, nos ha llevado a dejar de lado temas esenciales para el buen funcionamiento de lo que yo entiendo por ciudad. Por eso, creo que mi labor, la de mis compañeros y la del sector de la arquitectura debe ser este esfuerzo de asumir y entender por qué siendo la sociedad más desarrollada de la historia, no llegamos a la riqueza – hablando en aspectos que a arquitectura se refieren – que en otras épocas se ha tenido.
Por eso debemos darle valor a los aspectos que favorecen, dentro de la ciudad el contacto con el resto de ciudadanos, haciéndonos salir de la burbuja en la que muchas veces nos encontramos inmersos y que nos lleva a relacionarnos solo con nuestro entorno más cercano. Necesitamos espacios de relación, de confluencia de usos que inconscientemente nos permitan enriquecernos de otros valores que a priori parecen ajenos a nuestro día a día.
Estos aspectos, detalles, relaciones que nosotros, los arquitectos, somos capaces de ver, o por lo menos intuir, quizá por la educación que recibimos de mirar hacia afuera de nosotros mismo, o por el cariño especial con el que nos han enseñado a entender la ciudad como conjunto de reglas y juegos, de usos y espacios, de tramas que sorprendentemente te pueden llevar a nuevas cosas, por esto mismo, porque sabemos que tenemos la obligación de devolverle a la ciudad todo lo que ella nos da, debemos dar lo mejor de nosotros mismos para mejorarla haciendo entender al resto estos aspectos, que a pesar de no verse tan claramente, son esenciales, pues no podemos olvidar que la ciudad es de todos y para todos.
Aún no hay comentarios para esta entrada. ¡Sé el primero!
Accede o regístrate para comentar y puntuar la entrada.