Tras estos meses de curso, hemos aprendido a mirar la ciudad de otra manera, desde otra perspectiva, a estudiar diferentes aspectos de ella.

Sabemos estudiarla desde una escala general hasta el más mínimo detalle. Sabemos que la ciudad tiene densidades, circulaciones, tipologías... es muy compleja.

Pese a que hemos estudiado distintas ciudades, en todas ellas hay aspectos similares, como la necesidad de esos pulmones de ciudad, de ese protagonismo del peatón sobre el vehículo, de convivir con los elementos naturales que encontramos en cada una, como lagos, ríos...

Aunque vivimos en una sociedad preparada y desarrollada tecnológicamente siempre buscamos esos pequeños detalles que hacen mejor a la ciudad. 

Ninguna ciudad es perfecta y debemos buscar la manera de conseguir mejorarla y que sea única y homogénea.

También damos mucha importancia a que la ciudad sea rica culturalmente, ya que eso dice mucho de la sociedad que vive en ella.

Después de todo lo aprendido, de ver ciudades estresadas, densas, repletas de vehículos, sin posibilidad de recibir luz del sol debido a edificios de altura exagerada... nos debemos preguntar, si siendo la sociedad más preparada de la historia, estamos haciendo las cosas bien.

Yo creo que nuestra labor es la de saber mirar la ciudad, saber entenderla y tratarla como necesita, como en otras ocasiones se ha hecho y que parece que hoy se ha olvidado.

Fijarnos en los detalles que pueden mejorar la ciudad, porque muchas veces un pequeño cambio es una gran mejora.

No se trata de cambios complejos, ni mucho menos; sino de pararse a pensar un momento, y estudiar la ciduad con el criterio y conocimiento que vamos adquiriendo.

Debemos mirar la ciudad con "ojos de arquitecto", y entender que, como dijo Mies Van der Rohe, muchas veces, "menos es más".