LA CIUDAD NO ES UN ÁRBOL

"El caos y la individualidad es la traducción de la vida humana a ciudad". Con esta frase podemos empezar a reflexionar sobre la organización de la ciudad. La ciudad, como todas las cosas, se pueden organizar según dos métodos; el método en árbol y el método en semirretículo.

El método árbol es el que utilizamos, por ejemplo, para crear esquemas que nos ayuden a entender sucesiones de cosas. Es decir, la organización es unilateral y los elementos sólo se relacionan con el anterior y el posterior.

Por el contrario el semirretículo es aquel que surge de forma natural cuando dibujamos, por ejemplo, un diagrama que muestre las conexiones de avión entre todas las capitales del mundo. Estos dos ejemplos gráficos muestran las cosas buenas y malas de los dos. En el primero, las relaciones son más simples y por lo tanto más fácil de entender a simple vista. En el segundo nuestra mente es incapaz de aprehender de un golpe de vista toda la información pero puede sernos útil para hacernos una idea general de en qué zonas hay mas tráfico.

Esto se puede extrapolar al caso de la ciudad. Está claro que la ciudad y todas sus actividades y usos se organizan según un modelo en semirretículo  en el que aparecen todas las relaciones e interrelaciones que se establecen entre las personas, sus amigos, sus actividades, los lugares que frecuenta etc.

El problema es que la ciudad se intenta organizar como un árbol puesto que es la forma más sencilla y manejable de hacerlo. Sin embargo si esta organización se lleva a cabo de forma muy rígida la ciudad no será capaz de dar respuesta a la complejidad que tiene la vida en la ciudad.Por lo tanto lo ideal es estar en un modelo a medio camino entre el árbol( para poder tener cierto grado de control sobre el resultado) y el semirretículo( para que sea lo suficientemente flexible para que sea útil).

Si logramos alcanzar este equilibrio seremos capaces de crear buena ciudad.