¿Cómo crear algo más dentro de un entorno que ya parece totalmente definido? El hecho de que parezca que todo ya ha sido creado es lo que nos motiva a ir más allá.

La arquitectura y concretamente, el urbanismo, nos permite manejar el mundo al antojo del tiempo. Debemos aportar visión y esplendor para no caer en la tentación de repetir. Crear e innovar.

Cuando comenzamos a estudiar urbanismo, no éramos conscientes de la influencia que puede tener en el desarrollo del individuo. El simple hecho de que la arquitectura pueda proponer, que no imponer, desarrolla la autonomía y la creatividad. Pero se impone con el esfuerzo de saber convencerse a sí misma de que un entorno distinto es posible.

Estocolmo, ciudad de contrastes. Diferencia entre texturas, lugares y entre las personas. Esto no es más que un simil entre las peculiaridades de una ciudad que se sublima a los conceptos en un lugar donde debería predominar la sombra y el frío. Sin embargo, somos capaces a través del urbanismo de crear espacios que nos hagan vivir experiencias jamás imaginadas.

¿Qué puedo aportar yo a la ciudad? ¿No es acaso un desafío recorrer el camino por el que nos ha llevado de la mano esta asignatura? Cuando la comenzamos no sabíamos cómo entender la ciudad. Es decir, no sabíamos mirarla con los ojos que debe mirarla quien la construye y la forja entre sus edificios y paisajes. Y sin embargo, ahora sabemos qué debemos observar y cómo. Qué funciona en el seno interno de una ciudad y qué no. Trazar senderos por los que caminar para llevarlos a unas sensaciones únicas. La ciudad se pone al servicio del ser humano.

Esto es lo que propongo yo a la ciudad. Esto es lo que la ciudad me propone. Propongo darle a la ciudad lo que me pida, lo que necesite pues ninguna es igual a otra y cada una necesita una cosa. Seguir caminando sin descanso para mejorar nuestro entorno y seguir viviendo para soñar. Porque el urbanismo y la arquitectura siempre han de ser mucho más.