La ciudad es arquitectura. Todo lo que nos rodea, en cuanto a edificación, contrucción y espacios habitables, es arquitectura.

      El arquitecto tiene entre sus manos la capacidad de modificar y crear la belleza de una ciudad, de un lugar construido, lo artificial, al igual que el "mal-crear" espacios, lugares en los que el ser humano no puede vivir por incomodidad y el mal planteamiento del entorno. Nuestro trabajo es proyectar, ante todo, un ambiente alegre y acogedor donde el ciudadano pueda convivir con los demás de la mejor forma posible. En un entorno de continuo estrés lavoral y personal, hacer que esa sensación pésima desaparezca o disminuya, construyendo espacios libres, imitando la naturaleza, donde el ser humano se siente más comodo a la hora de descansar al aire libre y pasarlo bien con amigos, familia, etc.

      Lo creamos o no, la arquitectura de una ciudad influye en nuestro estado de ánimo y en nuestros actos. Con esto, el arquitecto debe aportar sus mejores cualidades hacia un lugar habitado por el ser humano para hacer que sus habitantes estén totalmente satisfechos de su ciudad y que se apropien de ella, compartiendola a su vez con los demás.