Proyecto: Calle Guadalquivir de Córdoba a Sevilla
Tema: Fluvialidad territorial
Coordinadores:
ferospe
ESTUDIOS PREVIOS
22 Abril 2014
Existe un debate histórico en cuanto al uso del caudal del Guadalquivir para regadío o realizar una reserva de caudal para el puerto de Sevilla. Esta última tuvo la hegemonía hasta el segundo tercio del siglo XX. Punto desde el cual el mapa del regadío comienza a experimentar cambios significativos.
El primer antecedente es Francisco Llobet, ingeniero militar que presentó una teoría de las mareas en la que considera que los caudales fluviales, en el estado natural del río, eran imprescindibles para producir los calados del puerto de Sevilla. “las aguas del río son las que causan la mayor parte de la entumescencia de las mareas que suceden en él”
Pedro Antonio de Mesa, jefe de Operaciones Hidrológicas de la Junta General de Estadística, en 1862, propone derivaciones de aguas con destino al riego. Sin embargo afirma “pues claro está que si se necesita para ella del agua del Guadalquivir, todos los aprovechamientos que hemos citado resultan irrealizables”
Entre 1864-1867 Ildefonso Aragoneses plantea una iniciativa de materialización de un proyecto de canal derivado en Lora del Río, con el triple objetivo de riego, aprovechamiento industrial y abastecimiento de agua a la ciudad de Sevilla. Solicitud que chocó con las resistencias de los círculos
En 1877 una propietaria sevillana pidió autorización para extraer lo que sería una ínfima cantidad de 1 litro/ ha sin embargo fue denegada por la reserva de caudal del puerto. Esto paralizó las posibles inversiones privadas en regadíos para la zona.
La auténtica hegemonía de los intereses de la navegación en la política de aguas seguida en el Guadalquivir alcanza su máxima expresión en los obstáculos que la reserva de caudal para la navegación opuso a la toma de aguas para el abastecimiento de la ciudad de Sevilla.
Actualmente, el Servicio de Batimetría de la Junta del Puerto, en los cálculos que efectúa para determinar los calados disponibles en el canal de navegación, desestima en la práctica los efectos del caudal fluvial.
Moral Ituarte, Leandro. 2008; Riego o Navegación: La cuestrión de la reserva del caudal en el río Guadalquivir
MEMORIA
Se parte desde la idea de explicar el funcionamiento y características del regadío, “las aguas artificiales” para el tramo Córdoba-Sevilla del Guadalquivir. Para ello se usa una serie de capas citadas en la leyenda. El sistema de regadío de toda esta zona es una infraestructura en mayor medida pequeña y poco desarrollada, esto se debe a la traba histórica. No se realizaron grandes infraestructuras que abastezcieran las zonas de cultivo alejadas del cauce del Guadalquivir. Existen 6 grandes canales todos cercanos al cauce del Guadalquivir transcurriendo en paralelo a este, el funcionamiento básico de un canal es recoger agua y distribuirla por gravedad, sin embargo al estar tan cercanos al Guadalquivir permiten zonas relativamente pequeñas de riego. El Canal 1, es el más relevante, es con diferencia el de mayor longitud, y es el único de los grandes que recoge agua del propio Guadalquivir mediante una presa , mientras que los demás lo harán de sus afluentes. Dirige el agua hacia Sevilla teniendo una triple función: Regadío, Industrial y Abastecimiento. Los canales 3, 4, y 5 su función básica es hacer de barrera evitando que el agua vaya demasiado rápido al Guadalquivir y hacer un reparto horizontal de las aguas, el canal 2 tiene esta misma función sin embargo tiene una función de abastecimiento conduciendo el agua desde el embalse hasta Sevilla.
Las zonas comprendidas entre canal y rio o canal canal estan repletas de pequeños canales / acequias que permiten el reparto del agua a todas las fincas, muchas de estas se contruyeron al márgen de la legalidad debido a su negativa. Dos muestras de estas zonas son la A,B y B, la zona D es una escepción ya que sus canales no parten de ningún canal principal sino del propio Guadalquivir y sus arroyos. Los terrenos alejados del cauce del Guadalquivir apenas constan de canales sin embargo constan de una gran cantidad de de terreno con acuifero sin embargo se hace un uso abusivo podiendo encontrar en algunas zonas como la E 13 pozos por HA. Sin embargo tener un acuifero debajo no es sinonimo de hacer pozos como vemos en la zona F en la que tiene una gran extensión de acuifero pero no es zona de regadio. En las zonas más cercanas a Córdoba el terreno es más abrupto por lo que encontramos zonas de cultivos que usan terrazas para la acumulación de agua, un ejemplo es la zona G. En otras zonas como la H los rios y sus arroyos están tan próximos que permiten el regadio sin necesidad de canales. Cerca de Sevilla, como en la zona I, es muy común encontrarse balsas de agua acumulada para paliar los cambios estacionales.
Marzo 2014
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