Rem Koolhaas pone de manifiesto la penosa situación actual del urbanismo, la cual ya venía cocinándose décadas atrás, y ridiculiza y tacha de inútiles las actuaciones llevadas a cabo hasta ahora en las ciudades en frases como:

“Sus ideas, estéticas y estrategias están ya acabadas”
“… el fracaso colectivo de los agentes que operan en la ciudad”
“…vivimos en un mundo sin urbanismo, sólo con arquitectura”
“…nos hemos rendido a la estética del caos”

Todas estas innumerables críticas, las cuales me parecen bastante acertadas aunque demasiado radicales, me iban cayendo como un jarro de agua fría pues no parecían dejar escapatoria alguna para el urbanista. Hasta que finalmente parecía quedar algún hilo esperanzador en esta sugerencia: “¿y si sencillamente declaramos que no hay crisis alguna y redefinimos nuestra relación con la ciudad no como sus hacedores sino como simples sujetos colaboradores”

Mi contestación ante esta sugerencia es un rotundo sí, se trata de adentrarse silenciosamente de nuevo en la ciudad ya construida sin aspavientos, ni desprecios, dejando a un lado los deseos utópicos y de control. Pues creo que hoy (especialmente refiriéndome a España) no vivimos en tiempos para expandir más aún las ciudades sino que necesitamos mejorar los espacios construidos y poner orden en el desaguisado hecho durante los años de la burbuja inmobiliaria. Por lo tanto debemos incrementar las rehabilitaciones y no generar más suelo urbano.