No sé exactamente si es la novedad de ésta asignatura lo que me lleva a percibir la traza urbana de las ciudades con nuevos ojos o no.

Antes, sólo veía asfalto, arena, césped... con forma de calles, ya podían ser angostas, sinuosas, oscuras... pero hoy más allá de esa coraza veo ejes. Atmósferas.

Los ejes de la ciudad son ni más ni menos que rápidas y potentes vectores de fuerza, de energía.

Antiguamente, en proyectos urbanísticos como los de Haussman o Cerdá, se promovía acentuar estímulos que nos aportan directamente los sentidos: buenas perspectivas, rectitud y movilidad referentes al tacto, e incluso seguridad que yo lo etiquetaría como uno de los dichos valores que está envuelto por los 5 sentidos.

Es por eso que creo que estamos adentrándonos en un nuevo movimiento contemporáneo, en el cual la búsqueda de redes, mallas, conexión es un sexto sentido no perceptible por los 5 que todos sin lugar a duda conocemos.

Hemos pasado de una clara influencia en la geometría de Euclides, proporciones matemáticas, cánones de estética, búsqueda de materialismo, minimalismo, funcionalismo... de complejos adaptándose a la completa perfección de todos los sentidos a una obvia rotura de las barreras biológicas adentrándonos en nuestra percepción nerviosa sensorial.

Poco a poco vamos tomando conciencia de este cambio de vista hacia la ciudad.

Para finalizar, no estoy de acuerdo en la conclusión final del texto. El escrito habla desde un razonamiento histórico del tema hasta una aportación de lo que está ocurriendo actualmente. A la situación de hoy se refiere como a que las ciudades hoy en día no son de ejes.

Yo concluyo en que la ciudad no se queda en la parte física de los ejes, sino en el potencial de sus módulos, direcciones, sentidos y sentido de su razón de ser, es decir, del carácter que aporta a la ciudad de manera virtual. La tarea de hoy de los arquitectos creo que debería ser inmiscuirse más en la naturaleza tan positiva que nos ofrecen las ciudades.