En primer lugar me gustaría hacer referencia a la definición y organización que establece de la calle como elemento funcional, en mi opinión muy acertada, además de datos muy curiosos con los que nos introduce al meollo, me ha parecido muy curioso y de gran interés.

En cuanto al tema que trata, es innegable que el vehículo en la actualidad es una herramienta fundamental en la vida del hombre y no podemos rechazar los servicios que éstos nos prestan.

Al igual que al peatón, debemos prestarle la misma atención, pero atendiendo siempre al contexto en el que nos encontremos.

Es cierto que el peatón está cobrando cada día mayor protagonismo, sobre todo en las grandes ciudades donde se han visto en ocasiones desbordados debido a los grandes flujos de tráfico que se producen. Tras la agresiva presencia de los medios de transporte y una creciente conciencia ecológica se han replanteado la presencia de éstos últimos poniéndose el peatón de manifiesto. Encontramos soluciones completamente ingeniosas, eficaces y satisfactorias, pero ¿qué sucede en lugares de menor escala?.

Si se pretende abolir el transporte público, replantear la conciliación entre peatón y vehículo no basta con dar soluciones en grandes núcleos particulares, sino aplicar estándares más generales para que una ciudad sea capaz de crecer sin que a la larga se generen estos problemas.

Ciudades como Almería, Jaén, Granada… no cuentan con una escala colosal, y siguen contando con los mismos problemas que una ciudad supone. Aunque las distancias no sean enormes también se dan problemas en cuanto al desplazamiento, bien por motivos geográficos, topográficos, etc, se siguen produciendo aglomeraciones en vías menos capaces que en otras ciudades.

Personalmente no creo que haya que buscar grandes soluciones a grandes  problemas, sino dar respuestas progresivas sin esperar a que los problemas nos desborden, ya que toda ciudad naturalmente tiende a crecer.