Proyecto: Urban Games 2014
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
Los lugares bellos que conocemos parecen haber nacido de forma espontánea y, en cambio, zonas recientemente planificadas nos resultan feas e incómodas. Si esto es así, ¿por qué planificar?
Puede que aquí resida una de las diferencias entre el urbanismo antiguo y el actual; los asentamientos se hacían de manera espontánea, no planificada, al contrario de lo que se hace hoy día. Esto hace que la ciudad surja de manera completamente distinta y se desarrolle de manera mucho menos orgánica. Quizá sea ésta la razón por la cual las nuevas ciudades carezcan de vida, de energía…
Si ponemos como ejemplo una ciudad de Estados Unidos, que carece prácticamente de historia, encontramos un sitio monótonamente convencional, descuidado, superficial y feo, todo lo contrario a lo que una ciudad idónea debería ser.
Ésta ciudad ideal, debería regirse por la energía del hombre en el hábitat, por el sistema de relaciones que se establece entre las personas, que es, en realidad, lo que configura la ciudad. Un sitio es, a fin de cuentas, un conjunto de actividades; es un mundo de limitaciones y de posibilidades.
Hábitat, energía, aire, agua. Éso es la ciudad.
Pero, entonces, ¿hasta qué punto podemos influir en la planificación de una ciudad para que tenga estas características? Hay una cosa clara a tener en cuenta; la planificación, o el diseño de la ciudad, debe darse únicamente con cabida a los cambios, al tiempo, pues es el elemento fundamental en toda esta historia.
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