Los comienzos de la humanidad en las ciudades nacen desde el primer momento en el que los primeros nómadas dejaron de serlo y se asentaron en la mejor zona disponible. Cierto que no es una ciudad en sí las primeras aldeas que rodeaban varios cultivos y ríos o depósitos naturales de agua, pero comenzó una de las esencias para la vida humana; la implantación de espacios para la vida y relaciones sociales.

Desde aquí, pasando por nuestra historia ciudades de distintos imperios, naciones, etc, desde las culturas nórdicas, hasta las más orientales e incluso nuestros días, hemos ido desarrollando las ciudades según distintos factores, ya sean económicos, políticos, etc, pero lo que sigue destacando es el alma de las ciudades. Esta es una clara referencia del texto que se refiere sobre todo a como interactúa la gente en su ciudad, pues somos nosotros los que más aportamos la firma de cada espacio urbano con nuestras costumbres y quehaceres.

En mi opinión la morfología o cuerpo de las ciudades vienen determinadas por el entorno, tanto el clima como la topografía son las que le dan el aspecto externo, y sus habitantes la vida y el alma.