Lo primero en plantearnos sería, ¿Qué relación tienen los arquitectos con la sociedad actual? A partir de ahí comienzo mi reflexión, pues es indispensable a la hora de ver que es lo que podemos aportar a la ciudad.

Los arquitectos deben buscar la forma de entablar un diálogo con una sociedad de personas con una serie de problemas cotidianos, es decir, una sociedad cambiante. Sin conseguimos este objetivo, los arquitectos ocuparán de nuevo un lugar indispensable en esa “conversación” con las personas permitiendo crear una buena arquitectura.

Por eso pienso que lo que debe aportar un arquitecto, son esas soluciones a los problemas que tienen las personas, creando espacios y lugares en los que se sientan a gusto, siempre y cuando tengan en cuenta factores clave como es por ejemplo la componente urbana en cada proyecto, es decir, observar el espacio de su alrededor antes de tomar una decisión. Gracias a las reflexiones realizadas en los textos, he aprendido que el arquitecto debe tener una serie de prioridades a la hora de hacer un proyecto. El individuo, el lugar, la función y por último la forma. Si un proyecto cumple cada una de estas partes, podría decirse que es un buen proyecto. Por lo tanto, tenemos que tener una cosa clara, la sociedad es nuestro cliente y la arquitectura es en gran medida un reflejo de la misma. Por eso, a mi parecer, la arquitectura es algo demasiado importante para dejarla en manos solo de los propios arquitectos. Se debe crear una alianza entre el ciudadano, arquitecto y ya puestos, promotores y constructores, para poder crear nuevos espacios que mejoren en gran medida nuestras ciudades.

Para terminar, decir que el curso de urbanismo I me ha servido para comprender las cuestiones urbanísticas en la ciudad y entenderla mejor, pero sobre todo que hemos tenido en cuenta al individuo, esa componente humana que debemos tener siempre presente en cada proyecto y que sin ella no podemos crear una buena arquitectura dirigida a la sociedad en la que vivimos.