Este texto me ha recordado al libro de Italo Calvino “Las ciudades invisibles”.

Lo cierto es que no me gustó la lectura del libro, ya que me pareció estar leyendo un libro de cuento de hadas, pero en este caso de ciudades ciudades utópicas, que tras leer tres capítulos (descripción de tres ciudades) consideraba el libro bastante aburrido. Con este texto ha sucedido lo mismo.

Me perdía entre las amplias, detalladas y condensadas descripciones. Me ha parecido irreal e incluso en ocasiones graciosas algunas de las descripciones que desarrolla sobre la ciudad, como cuando habla de que los trabajadores residen en las casas por turnos, sobretodo porque la ciudad recoge e impone un modelo de vida comunista, que personalmente no comparto.

Me ha parecido también muy aburrido el hecho de que todo se desarrolle en ausencia de conflictos.

Otra de las cosas que me ha llamado la atención ha sido cuando en el texto nos cuenta que los ciudadanos aman apasionadamente sus jardines, etc. Se me hace difícil comprender como es posible que se genere ese sentimiento en los ciudadanos ya que en el texto no se concibe la propiedad individual como tal, y creo firmemente que el ser humano solo es capaz de amar las cosas cuando las “hace suyas” empezando por tu jardín, tu casa, tu comunidad o tu país, cuando tras esfuerzo y sacrificio eres capaz de obtener recompensa sintiendo las cosas parte de ti.

No me gusta esa actitud de “estar de paso” que se reconoce con facilidad en el texto.

Por último citar cuando habla de que el plano de la ciudad sigue el mismo trazado que el original, ¿no ha habido nada que mejorar?, ¿no se produjeron conflictos ni en el inicio de funcionamiento de la ciudad?... Interpreto este texto como una ciudad sumida en una dictadura y un texto redactado por un miembro del poder.