Rem koolhaas lo tiene claro: el urbanismo entendido como tal parece haber desaparecido. Con la llegada de la modernidad y posteriormente con un gran auge económico, la construcción masiva se adueñó de las ciudades. En ese momento de caos, es cuando el autor reivindica la figura del urbanista. Lo cierto es que es entonces cuando precisamente, quizá movidos sólo por motivos económicos, se ha entendido la ciudad como una tábula rasa, como un papel en blanco sobre el que los promotores podían construir sin parar, los arquitectos podían hacer arquitectura sin hacer ciudad… Todo ello olvidando la potencia y energía que subyace en cada esquina antigua, cada pequeña calle o cada relación que podía existir entre tejidos y usos. Se ha tendido a la imposición del ángulo recto y la tipología única, aislándose del terreno, de la realidad. Es el momento de reflexionar y parar esto, cada intervención debe ser el resultado del estudio y la adaptación de la memoria de cada lugar, no todo vale en cualquier sitio. El texto es casi un lamento por las oportunidades que el hombre moderno ha tenido de hacer ciudad y las ha malgastado bien por una mentalidad cerrada, bien por la falta de interés.

Actualmente, pienso  -y quizá gracias a publicaciones como esta- se tiende a todo lo contrario, a una formación que potencia el respeto y prudencia a la hora de intervenir en un lugar. Ahora no vemos la ciudad como un lienzo sin pintar, de hecho nos hemos aplicado el “miedo al papel en blanco”, a no saber proyectar ni dar respuesta a algo si no tenemos clara la pregunta, si no conocemos el lugar, su memoria y lo que ha movido a los anteriores arquitectos y urbanistas a hacer lo que hicieron, a volcar nuestros pensamientos hacia la ciudad e intentar que desde cada solución particular, se esté creando más ciudad que con la construcción de un barrio a las afueras de la misma con iguales viviendas adosadas. Naturalmente queda un largo trecho para cambiar todas las mentalidades y conseguir que el cambio a nivel económico, pero creo que vamos en el buen camino.