El texto sorprende por las ideas que expone teniendo en cuenta el periodo histórico en el que se escribe (siglo XV), una época donde las fuertes desigualdades habitan en las ciudades. El texto  expone una visión totalmente contraria de la sociedad. Una sociedad   igualitaria donde no hay desigualdades, las viviendas son todas similares y estas se van pasando de forma aleatoria entre sus ciudadanos, así como turnarse para desarrollar las labores agrícolas. Este sistema de igualdad me  evoca posibles ideas comunistas, salvando las distancias cronológicas.

Sin embargo, la “perfección” de estas ciudades  me parece que podrían tener connotaciones negativas, en mi opinión. Las ciudades pierden su variedad de arquitecturas, de espacios, de lugares especiales, y con ello su propia personalidad. Es también la variedad de las propias personas las que la enriquecen, pudiendo aportar cada una algo diferente a los asentamientos urbanos. Aun así ojalá pudiéramos vivir en una sociedad tan armónica como la de Amaurota.

Cabe destacar también lo interesante que resulta leer este tipo de literatura, donde las descripciones detalladas y minuciosas van generando imágenes en la mente del lector.