Porciones de ciudad

La posición de un arquitecto siempre es complicada, nos encontramos a menudo en una encrucijada de decisiones e influencias externas que acaban convirtiendo un proyecto en una construcción más, en la que priman más los propios intereses o los de los demás que el efecto que puede causar en el entorno y en la gente que habitará ese espacio final. Cada arquitecto construye porciones de ciudad, no mediante grandes intervenciones urbanísticas, sino individualmente con cada uno de sus proyectos, mediante los cuales siempre se debe hacer patente la relación entre lo preexistente y lo nuevo, entre lo que había y queremos mejorar, porque indudablemente nuestra profesion tiene una gran vertiente artística y teórica, pero sobretodo social; de ahi se diferencia la arquitectura del arte, construimos no solo por placer y para que nuestra obra sea contemplada, sino para la sociedad.

No podemos negar que un proyecto va profundamente enraizado al lugar donde se ubica y su legado, es de ahi donde surge la idea base, y por tanto, a la hora de construir "en la ciudad", no podemos implantar, sino crear relaciones. Nunca llegaremos a esa útopica ciudad perfecta que todos los arquitectos persiguen, puesto que la ciudad es cambiante y los objetivos perseguidos son demasiado grandes para abarcar, por eso cada actuación minima es imprescindible y tiene que tener un objetivo claro: el bien de la sociedad, y con ello el de la ciudad, puesto que la ciudad la conformamos todos, pero no todos saben cómo mejorarla, y aqui es donde entra en juego nuestro papel, son los ciudadanos los que nos dan la clave, pero somos nosotros los que debemos tomar el papel que nos corresponde y actuar.

"...Después del sueño buscaron esa ciudad; no la encontraron, pero se encontraron entre si; decidieron construir una ciudad como en el sueño."

Italo Calvino, Ciudades Invisibles