Los arquitectos forman una parte muy importante de la vida de una ciudad, de ellos depende una gran variedad de factores, formas, hechos. El urbanismo es una rama de la arquitectura pero últimamente tendemos a diferenciar mucho las dos profesiones. Ellos son los encargados de construir la ciudad.

Por un lado, tenemos los conocimientos necesarios para saber adecuar el espacio a las necesidades que se presentan y que requieren los usuarios. Ante un proyecto, el cliente presenta los requisitos que necesita y el arquitecto/urbanista sabe hacer de esa petición un proyecto adecuado teniendo en cuenta la relación de la edificación con el espacio, los vecinos, comercios, parques, etc. Tenemos la función de hacer que encaje todos estos factores.

Por otro lado hay que tener en cuenta los tipos de arquitectos que hay, como hemos podido leer en alguno de los textos durante el curso, hay arquitectos que solo buscan su prestigio, su fama y no se preocupan tanto por la satisfacción del cliente y por otro lado los arquitectos que hacen todo lo posible para que este esté a gusto con su vivienda.

El urbanismo tiene una función igual pero a la vez distinta de la arquitectura en cuanto construcción se supone, una ciudad debe estar bien distribuida en cuanto a calles, avenidas, manzanas, parques, jardines, etc. En este tema también se puede debatir mucho en cuanto a formas de urbanizar la ciudad, si siguiendo tramas geométricas como por ejemplo el Plan Cerdá, seguir una trama irregular que se vaya creando conforme las necesidades que vaya presentando la ciudad, no existirá nunca una que sea la óptima ya que todas tendrán sus ventajas y desventajas.

El arquitecto al fin y al cabo, ya sea urbanista o no, debe ser empático con lo que se le presente por delante, el proyecto que sea porque la mayor satisfacción para él será haber cumplido bien con su papel y estar contento con su profesión.