REFLEXIÓN FINAL

Creada el 2 de Febrero de 2015 a las 01:37 por MariagMadrid

Proyecto: Urban Games 2014
Tema: Reflexión Final
Coordinadores: abarca dacama

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Descripción

La ciudad crecer con el hombre o el hombre hacerlo con la ciudad. Fuente de la imagen: Henri Cartier Bresson.

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La ciudad crecer con el hombre o el hombre hacerlo con la ciudad. Donde las formas se rigen por los valores sensoriales del arquitecto y las doctrinas municipales. Encontrándose factores y entornos condicionantes que obligatoriamente han de ser respetados y por consiguiente influyentes en el resultado creativo. El arquitecto ha de convivir necesariamente con un sinfín de obstáculos intentando lograr que estos no condicionen en exceso su trabajo y resultado.

Saber hacer fusionar sus líneas con las existentes y requeridas. Preservando pieles, reconstruyendo entrañas sin perder el sentido innovador y creativo. No considerarse parte esencial en el crecimiento y desarrollo de la ciudad y si en una herramienta para que dicho avance sea respetuoso con la memoria y la innovación. Buscar el equilibrio entre el ayer y el mañana sin encontrar trampas ni crear hitos que sólo impiden una vida simbiótica entre estos dos mundos. Conseguir el encuentro entre el blanco y el negro, la sombra y la luz, el espacio y lo denso, lo esbelto y lo extendido. Moldear las formas para hacerlas armoniosas con lo natural y lo sintético. No ponerse límites para de esa forma saber salvar cuando nos los establezcan o los encontremos. Ser testigo de la historia y ser el escriba que lo plasma en sus volúmenes.

Podría decirse que es un pensamiento romántico que nada tiene que ver con la realidad de nuestra futura profesión. Pero qué si no nos ha llevado a elegir este gran oficio si no esa secuencia de directrices que lo hace la más bella y completa de las artes, donde confluyen todas esas disciplinas que por sí solas ya representan la mejor de las tareas. No podemos permitir considerarnos directores del destino de la ciudad, no debemos perder la perspectiva de nuestra ocupación, que no es otra que el picaporte que abre la ventana de la ciudad a la luz y el futuro.

 

….La restauración o reconstrucción (…) falsea por completo los monumentos que la padecen. Trata de borrar la acción del tiempo que ha ido añadiendo a cada antigua construcción obras a veces de gran interés y belleza, para darle un aspecto teórico, abstracto, desprovisto de vida. Intenta engañar, prestando a los elementos añadidos, que no pueden tener nunca el mismo valor que los antiguos, formas semejantes a éstos, desorientando e induciendo a error con ello al arqueólogo, sin satisfacer al artista, se basa sobre estudios personales, siempre discutibles y sometidos con gran frecuencia al error. Hace perder-se ha dicho acertadamente- su carácter de autenticidad al monumento, convirtiéndolo en lo que es un vaciado respecto al original. (…)” Torres Balbás, 1933.

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