Ahora que ya ha finalizado el curso de urbanismo I me pongo a pensar en las dificultades que he tenido en todo el trayecto pero también en todo lo que he aprendido.  

Al principio de la asignatura no sabía muy  bien lo que había que hacer, lo que se demuestra en las notas que hemos obtenido, pero poco a poco hemos sabido encaminarnos y entender mejor de lo que se pedía en cada ejercicio y conocer mejor nuestra ciudad.

Lo que he aprendido a lo largo del curso es que el urbanismo no solo es un conjunto de edificios, sino que tiene que ver con cómo se colocan cada uno, en la trayectoria de las calles, como se adapta la ciudad a la topografía y como se adaptan las personas a la ciudad haciéndola suya. 

La ciudad trabaja como un solo bloque sin tener independencia unos edificios de otros. Aprendemos el flujo de las personas como viven, se relacionan entre ellos, como se desplazan. También se debe tener en cuenta el clima de la ciudad, su entorno e incluso la religión que allí se practica, ya que son factores importantes que desde la vista del arquitecto no se tienen en cuenta pero que afecta de llenos a sus habitantes. 

Por último  creo que el urbanismo se debe acercar más a las personas, y ver cómo interactúan con la arquitectura.