Siempre he pensado que para comprender algo hay que partir desde la raíz en su origen primero e inalterado. Hay algunos estudios de la etimología de la palabra “arquitectura” en su origen griego más antiguo que interpretan que su significado primigenio era “la primera de las artes”.

 

El trascurso de la asignatura, al igual que ésta referencia, me ha permitido reforzar una visión más amplia y profunda de nuestra profesión. Porque hay pocas cosas más inmediatas que la acción de habitar y su consecuente intención arquitectónica y urbanística.

 

La arquitectura es algo vivo y en relación constante con las personas. Se puede manifestar de tantas maneras como el arquitecto sea capaz de imaginar para mejorar el día a día de los ciudadanos. Funciona como el catalizador que equilibra y enriquece constantemente la mezcla siempre cambiante de una fórmula formada por infinitos ingredientes que es la sociedad y la ciudad que la contiene.

Para poder enfrentarnos a este ejercicio de propiocepción urbana hemos ido descubriendo multitud de herramientas y ensayándolas en nuestras intervenciones.

En estos cuatro meses he aprendido a observar más y mejor, a analizar una ciudad a fondo, a escanearla barrido tras barrido hasta conseguir una imagen global capa a capa desde la piel hasta el esqueleto pasando por todos los estratos. He podido conocer una ciudad que se encuentra casi en las antípodas de mi hogar, he paseado por sus calles, he logrado comprenderla, he sido ciudadano de algunos de sus barrios, he soñado en otra cultura completamente diferente a la mía y después, para finalizar, he vuelto a Granada para ser parte activa de la ciudad y soñar esta vez con algo real y tangible como Planning for fun.

 

Todo este proceso me ha reafirmado en la idea de que nuestra carrera conlleva un aprendizaje continuo que imprime carácter. Y que implica una percepción arquitectónica que se manifiesta como un reflejo involuntario y constante. 

 

Como epílogo he de mencionar que creo que los modos de trabajo tan variados y el trabajar en grupos (aunque haya habido asuntos de operatividad muy complejos) nos han dado una pequeña lección de adaptación, como una demo en miniatura, de lo que será ejercer nuestra función como arquitectos y como ciudadanos.