Muchas veces comparamos nuestro país con los demás, vemos cómo se desarrolla un tipo de urbanismo en un sitio y en otro y según Solá, en pocos casos en España se realizan intervenciones urbanísticas en las que se tenga en cuenta esa alma que se confiere a la ciudad.

Como ejemplo a este tema, nos  habla de su proyecto en Saint Nazaire, como siendo una base militar que años atrás supuso el motivo de un bombardeo, en vez de destruirlo, lo concibe como parte del proyecto integrando esa idea de pasado en el lugar. Con esto es con lo que Solá se refiere a hacer ciudad.

En España el intentar reflejar el pasado a través de un elemento simbológico no ayuda a generar urbanismo, eso es lo que actualmente se está haciendo, no hablamos ya en ciudades grandes exclusivamente, sino hasta en pueblos.

La importancia que le da a los materiales que componen el lugar hace que sus proyectos sean únicos, que la gente pueda sentir y percibir el lugar de una manera distinta y entender un poco más el entorno.

Cada espacio debe transmitir una respuesta  a las necesidades que tiene ese lugar, en el que la estética y materialidad forman uno de los papeles más importantes del proyecto porque es lo que los usuarios ven y sienten pero para tener una elección adecuada de todos estos aspectos es necesario conocer el lugar, su historia e intentar hacer una reinterpretación correcta de esa información hacer que ese espacio tenga un uso indefinido, entender el espacio como algo global como una parte de la ciudad pero formando parte de ella.