Según parece hemos llegado al término del curso de urbanismo, y hay una serie de conceptos y aspectos a los cuales me gustaria dedicar especial relevancia.

No creo que el arquitecto sea un ente que crea ciudad. La ciudad crea al arquitecto. Nos plantea o propone una serie de retos que nosotros decidimos aceptar o no aceptar.  Es una crisálida que se encuentra en constante metamorfósis, se nutre con los ideales que el ser humano le proporciona y nosotros como representantes nos toca hacer el esfuerzo de canalizar estas ideas y de aportar el potencial necesario para conseguir los objetivos a alcanzar.

Ciudad no es igual a un amasijo de hormigón metal y vidrio; ciudad es paz y nerviosismo, comfort y deshasosiego, actividad, emociones, sentimientos, tránsito, relación social, personas. Ciudad, puede ser un escalón que nos hace alzar la vista hacia una zona verde que nos deslumbra con su belleza. Ciudad, es la correcta regulación del tráfico y las vias transitivas para un desplazamiento ameno y natural. Ciudad es mejorar las relaciones sociales entre las personas que la habitan para favorecer su  felicidad y un mejor desarrollo de su día a día. Ciudad es una pequeña plazita que auna a las personas mayores y les otorga ese momento de paz y tranquilidad a la caida de la tarde.

El arquitecto debe ser consciente de las necesidades tanto funcionales como sociales requeridas por las personas y debe hacer lo posible por satisfacerlas, siempre desde una forma y concepto orientado a la perspectiva social y comunitaria; no como hito egoista e individualista que se crea vara vanagloriar la figura del mismo. El arquitecto es el médico de las ciudades y del ser humano y no su dios creador.

Me ha parecido un curso bastante interesante en el que he encontrado una serie de dificultades que por fortuna he conseguido solventar y estoy bastante orgulloso del resultado final del mismo.

Humberto Trujillo Ruiz