En el texto Koolhas habla de cómo el urbanismo ha ido transformándose en una mera cuestión de cosas que los arquitectos no nos gustan, especulación inmobiliaria, intereses individuales... El problema ha sido la cantidad también, ante la demanda de las grandes poblaciones, hemos tenido que dar cabida a muchas personas, y nos hemos limitado a hacerlo de manera grande, pero sin la calidad que ello requiere. Ello es un error del que, como todo, tenemos que aprender. Lo que hay que hacer es empezar de cero, parece que ello no es posible, o al menos de golpe, pero sí que poco a poco vamos a hacer posible, con proyectos que fomenten la hibridización, la no imposición de barreras, aunque sí definiendo posibles usos, una ciudad de concepción y forma totalmente distinta. Esto comenzará, tal y como dice Koolhas, haciendo que parezca que no ha habido crisis, pero bueno esto es una manera de animarnos y darnos una causa para empezar a trabajar. Lo que sí es cierto, es que haremos estos cambios de forma moderna, o post moderna, tras la picia que realizaron los modernos. De esta forma, tendremos ciudades más naturales, que es lo que necesita el hombre para desenvolverse. Es cuestión de voluntad, de cambio y de corregir los errores. La ciudad antigua, o la renacentista, en su concepción respecto de sus respectivas situaciones funcionaron bien, tal y como aquí reconoce el autor. Pero ello depende de las circunstancias, y está claro que para la actualidad es totalmente distinto. Esta población y superdesarrollo necesitarán de soluciones totalmente distintas. Es cuestión de observar, de no estar en el mundo virtual como cuenta Rem, sino analizar donde estamos y actuar de manera acertada. Y que la sofisticación se utilice de la manera más correcta posible, que nos valga de herramienta y no de fin, pues con la ayuda de la sofisticación, y el pensamiento limpio y HUMILDE como motor principal, haremos lo que todos, y sobre todo los arquitectos, queremos. Yo diría que aquí empezaría un nuevo título, el de ¿qué será del urbanismo? Pues será lo que queramos que sea, y seguro que no queremos caer dos veces en la misma piedra.