Proyecto: Urban Games 2015
Tema: Urban Game 3. Formas
Coordinadores:
abarca
dacama
François Ascher analiza la evolución que han sufrido las calles sobre todo, a raíz de la época industrial. La aparición de tan distintos medios de transporte, obligó a que las vías se dividieran y clasificaran según tipos y velocidades.
Es innegable que esta etapa fue un gran progreso humano ya que facilitó la globalización, la relación entre distintas culturas. Esto provocó que la sociedad tuviese una mentalidad más abierta, fomentando la tolerancia y la igualdad, aunque desgraciadamente, aún no podemos sentirnos satisfechos con este tema.
A mi parecer, el problema llegó cuando no sólo se disponía de transporte público sino que el automóvil particular se comercializó, estando al alcance de cualquier persona. Aparentemente nos facilita la vida, pero creo que hemos perdido mucho más de lo que hemos ganado.
En primer lugar, los hábitos de vida de las personas han cambiado totalmente. En España por ejemplo, hay un coche por cada dos habitantes, teniendo en cuenta que ahí se incluyen tanto niños como personas mayores. ¿Realmente necesitamos llevar una vida tan “cómoda”?
El abuso del coche ha impulsado la obesidad, hemos perdido en gran medida las relaciones sociales y hay un gran número de fallecidos al año por imprudencias en la carretera.
Además, el automóvil está al alcance de la mayoría, pero no podemos decir que sea barato, ni el combustible lo es. Sin embargo, sobre todo en esta época de crisis, llama la atención como el tránsito de coches, la mayoría de las veces con un único ocupante, no cesa.
Otra cuestión importantísima es la gran contaminación que producen los vehículos. ¿Nos merece la pena cargarnos el planeta por “comodidad”?
Aunque nosotros mismos podamos tomar medidas en este asunto, creo que los ciudadanos somos los menos culpables de esto. No se promueve un buen transporte público, ni un carril bici coherente porque a pesar de ser mucho más barato que las grandes autopistas, no fomentan la economía. Me centro por ejemplo en Granada, donde se crean carriles bici aislados, en pequeños parques o campus universitarios pero no se conectan entre sí. ¿De qué sirven entonces?
Quizás si todo esto se mejorase, los propios consumidores tomaríamos conciencia.
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