La planificación es una cosa completament natural e instintiva. La planificación es lo que permite que una persona dé 348 toques a un balón de fútbol o pueda saltar desde 28m de altura al agua y no hacerse ningún daño.

Por el contrario se ha podido comprobar, por ejemplo y sobretodo en el Urbanismo, que la planificación a plazos de tiempo mucho más largos no resulta igual de bien. Cada generación se hace al mundo, por naturaleza nos reinventamos continuamente, negamos o modificamos nuestros legados siempre, es inevitable. Esto provoca ciudades en constante cambio.

Este hecho ha intentado negarse muchas veces durante la historia, las ideologías que han regido las sociedades nunca han querido verse modificadas o negadas y sus gobernantes lo intentaron mediante la construcción de grandes y monumentales arquitecturas y planes urbanísticos. Pero las sociedades siempre cambian, antes o después, y todas las obras quedan obsoletas algún día.ñ

Es por eso que Kevin Lynch propone la creación de un Plan capaz de mutar con el tiempo.

En mi opinión la urbanidad sólo se puede vivir, no se planifica, es espontánea, llena de casualidades. Creo que la tarea del Urbanismo no es la de prever sino la de insinuar o provocar casualidades.