El texto nos hace reflexionar sobre por qué ahora que la población crece continuamente y estamos ocupando completamente el territorio, la profesión como urbanista ha dejado de tener importancia. Quizás nos hemos acostumbrado a esta mala “organización” de la ciudad que sufrimos desde décadas atrás. Dejamos que ésta se componga sola centrando toda nuestra atención en la arquitectura aislada, en construcciones que esperamos que sean hitos en su entorno, ¿pero qué entorno?

Rem Koolhaas plantea que una de las causas de la muerte del urbanismo podría encontrarse en redescubrimiento de éste a mediados del siglo pasado. Yo creo que desde este momento hemos enfocado mal la planificación de la ciudad. Nos hemos dejado abrumar por los nuevos avances y tecnologías y hemos creado un mundo irreal, un mundo en el que el ser humano ya no es el protagonista. Tal vez sea esta la razón de nuestro desencanto con el urbanismo y por eso volcamos todo nuestro interés a la arquitectura como única salvadora de la ciudad, pero está claro que esa no es la solución.