En el texto el autor nos habla de cómo las ciudades no deben entenderse como un concepto global a todos los usos de "ciudad", sino que cada ciudad tendrá su propia definición del mismo, ya que caben diferenciar diferentes factores, múltiples a la par que complejos acerca del desarrollo de una ciudad. Esto es algo que parece evidente, no es lo mismo una ciudad española que norteamericana, ya que se "cimientan" sobre bases completamente diferentes,el ámbito histórico-cultural, por ejemplo; el tiempo en el que nacieron y el por qué de su nacimiento;la religión, etc. Esto condiciona el modo de vida de los ciudadanos que la habitan por eso las ciudades realmente son entes complejos, en los que se recogen todas las funciones de la vida cotidiana y que dependiendo de qué ciudad se estudie serán de una manera o de otra. 

Probablemente una de las coas que más pueden llamar la atención es el hecho de que una ciudad necesite "alma". Goitia explica detenidamente el por qué de una ciudad con o sin alma, y es bien simple, la ciudad ha de vivirse, y se vive por los ciudadanos, que son quienes deben mantener vivo ese sentimiento de ciudad, el lugar en el que viven; y es que igual que la ciudad condiciona al ser humano el ser humano condiciona la ciudad, es una relación directa  recíproca, en la cual podemos ver como si una ciudad ha sido concebida como meramente comercial, o parte de la ciudad, por ejemplo los grandes CBD (Central Bussiness District) en horario comercial muy poblados pero fuera de ese horario son casi como ciudades fantasma, esto significa que no tienen vida, las personas van, trabajan, compran y hacen sus gestiones pero no hacen suya esa ciudad de ningún modo, no existe ese sentimiento del ciudadano que hace a la ciudad, son frías; frías porque los seres humanos nos necesitamos unos aotros para crecer y de ahí que se piense que es necesario volver al "ágora", porque la relación social se pierde sino. 

Personalmente, no es necesario definir un espacio en la ciudad y decir esto es un ágora, sino que los propios ciudadanos definan ese espacio por la cualificación que se le ha otorgado que haga que resulte un lugar en el que sea casi necesario el compartir, el relacionarse y el aprender el uno del otro. Un ejemplo de estos espacios aunque en un ámbito más cerrado sería la universidad, y probablemente lo ideal sería extender este concepto a la ciudad.