En el texto/entrevista, Manuel de Sola-Morales, el mayor teórico del urbanismo español, apuesta por el desorden de las nuevas ciudades, es decir, intentar darles carácter y que no se conviertan en tramas urbanas repetitivas o sin sentido como ocurre muchas veces con el rápido crecimiento al que están sometidas.

En las grandes actuaciones es grave equivocarse pues puede influir en el desarrollo de una ciudad. El crecimiento rápido puede provocar la poca previsión a futuro, afectando por tanto a la calidad de la ciudad. Es frecuente la creación de suburbios en las zonas periféricas de la ciudad y la creación de espacios destinados al tránsito de vehículos, factor que influye en la calidad de vida pues aumentan los desplazamientos con la consiguiente contaminación que supone y el tiempo invertido en ellos.

Es importante el concepto de la urbanidad material del que nos habla pues la ciudad puede llegar a tener más sentido mediante la adecuación en el entorno, calidad material, cualidad, forma…

La rápida construcción de edificios o ciudades pueden hacer perder el sentido de la urbanidad. Puede que la crisis del ladrillo nos haga reflexionar al respecto.

La diversidad es un factor muy importante en una ciudad, y hay que tenerlo muy presente, pero siempre bien organizado, pues es lo que hace que una ciudad tenga vida, y no se convierta en monótona o aburrida, repetitiva…

Los grandes proyectos deben suponer un desafío intelectual y práctico, teniendo siempre presente la adecuación de la ciudad a sus ciudadanos para mejorar su calidad de vida.

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