Proyecto: Urban Games 2015
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
Interesante el concepto de “urbanidad material”. Tenemos asumido que el urbanismo es un barrio, un polígono, una calle, y que todo eso es materia; pero también lo es un paseo, una farola o una cabina telefónica, incluso un desnivel que hay que solucionar correctamente. Son elementos más pequeños que componen y se palpan, son materia. Es lo que Manuel De Solà-Morales llama “piel de las ciudades”, su estructura junto con sus leyes.
Un buen ejemplo es transmitir que el primer elemento de tacto con la ciudad son los pies caminando el sitio, el lugar. Es importante entender, fomentar y modernizar esa cultura de la ciudad. El interés.
Actualmente, nuestras ciudades son imanes de la diversidad y esto las hace más ricas porque atraen a la gente, aunque con ello se acentúen los conflictos. Lo tradicional se suprime por lo diverso. El turismo se une a la diversidad y actúa directamente en el urbanismo, puesto que su presencia modifica el transporte, el comercio, los lugares de ocio…aunque a los ciudadanos nos haga a veces sentirnos marginados y enajenados.
“Sin alcalde no hay urbanismo”. Gran verdad, coincido con Manuel De Solà-Morales, y considero que es grave afirmar esto, pero imprescindible hoy día clarificarlo. Al final, todo se resume en tener feeling con el equipo de gobierno local, la prensa, tener ese respaldo que maneja la política y los intereses económicos; un respaldo que, en la mayoría de las ocasiones, desplaza a los propios ciudadanos y se les ofrece una ciudad no deseada. Es cierto que con ese respaldo el arquitecto puede pensar y trabajar, crear y ofrecer una mejor ciudad y un urbanismo acorde.
Para ello, hay que emocionar y que fluya la buena arquitectura. Desear, apasionarse, sentir la ciudad, que es fundamental en referencia a lo humano. Hay más posibilidades de hacer mejor ciudad que hace 50 ó 100 años, pero necesitamos paciencia para obtener resultados. Las opiniones deben agolparse para contribuir a la ciudad, para crearla, independientemente de que sean o no escuchadas. En eso, los arquitectos tenemos mucho que decir y ahondar. Debemos poner ese deseo en el urbanismo, imaginarlo en el futuro, tener la voluntad para que haya calidad. Todo va unido. Gran reflexión.
Termino con una frase que me impacta por su contundencia y claridad: “cada año deberíamos derribar el peor edificio de Madrid o Barcelona”. Se puede decir más alto pero no más claro. Una gran verdad y arriesgada opinión por su trascendencia. Considero que, no sólo los arquitectos, sino también los ciudadanos piensan así, porque somos nosotros los que vivimos esa arquitectura que no nos es agradable y nos inquieta negativamente. Extiendo esto al resto de ciudades, puesto que sin excepción son víctimas de tales despropósitos, en mayor o menor medida. Hay que tomar consciencia de lo que significa la ciudad, de que habitamos y dependemos de ella….aunque sepamos que otros intereses la muevan.
Imagen propia. Vivir en la Lectura. Proyecto de Ciudad Imaginaria.
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