Las ciudades han nacido de las necesidades y costumbres de las personas que habitaban el lugar, el crecimiento ha sido la respuesta de esas necesidades que los humanos experimentamos.

Antiguamente las ciudades con mallas irregulares eran la respuesta de las necesidades de las personas, donde la ciudad se vivía de otra manera y el espacio exterior era el protagonista ,ya que no existían medios de transporte eficaces. Ahora la ciudad ha crecido de forma desmesurada, rápido y sin dar respuesta al ser humano. Nos hemos olvidado de vivir y nos hemos introducido en una rutina donde más que seres humanos, parecemos máquinas.

Koolhas crítica este tipo de urbanismo donde todo se traduce en construir de la forma más económica y rapida posible y frente a esto insiste en no centrarnos tanto en los elementos arquitectónicos sino en las infraestructuras, en las calles, en los espacios públicos, donde las personas puedan aprovechar la ciudad y el espacio exterior, en el que nosotros seamos los protagonistas y no la rutina en la que estamos envueltos.