Las ciudades hoy en día poseen una alta densidad de edificación y de población, y se alejan de las zonas rurales. Este autor afirma que “El aldeano y el ciudadano son distintos seres”, es cierto que entre la ciudad y lo que es el entorno rural de un pueblo hay  infinidad de diferecias, unas mejores y otras peores según hacia donde se enfoque la valoración; pero quizás en mi humilde opinión, esta es una afirmación es un poco drásticca ya que aunque haya claras diferencias, decir que son seres distintos me resulta un poco exagerado.

Respecto al análisis que realiza entre distintas ciudades, destaca sobre todo la cultura musulmana. Históricamente se le ha dado siempre más importancia al aspecto privado que al público, debido siempre a el deseo de ser y aparentar ser mejor todo movido siempre por intereses económicos lo cual me parece bastante mal, aunque en parte comprensible, debido a que el ser humano por naturaleza tiene a sociabilizarse y esto hace que eso no sea tan fácil.

El autor compara la forma de vida de los musulmanes con la de los españoles, la cual es parecida en cierto modo.

Como conclusión final podría aportar mi opinión la cual es que: la riqueza de la ciudad reside en sus personas que son las que crean en sí su cultura y las relaciones personales que se establecen entre ellos, para ello debemos cuidar el espacio en el que conviven y adaptarlo para que estas relaciones sean buena y beneficien al futuro desarrollo de la ciudad.