EL ARTE DE PLANIFICAR EL SITIO.

   LYNCH

                En este texto, vemos una vez más la reincidencia en general de los urbanistas, sobre la conciencia histórica necesaria del lugar en el que se va a intervenir de una forma u otra. Tras una buena propuesta urbana siempre hay una buena compresión de la ciudad o zona en la que hemos de trabajar. De igual modo que antes de realizar un proyecto de edificación, estudiamos el terreno buscando los puntos fuertes (y los no tan fuertes) del lugar, hemos de hacer lo mismo en el ámbito urbano.

                Hay lugares que han surgido de forma totalmente ajena a nosotros, sin ningún tipo de planificación y se comportan de una forma asombrosa que podrían envidiar hasta las intervenciones urbanísticas más reconocidas. Esto nos abre los ojos en el aspecto de que planificado no ha de ser igual que agradable  o bueno. Hay que aprender de estos lugares, y sobre todo saber entenderlos y respetarlos. Hay que llegar a esa comprensión de que cada lugar necesita su intervención en su medida, los habrá en los que haya que modificar casi la totalidad de estos, pero también habrá otros muchos en los que nuestra presencia no ha de aparecer más que para disfrutarlos y tomar nota.

                En mi primer año, uno de los primeros proyectos a los que me enfrenté, tuve que hacer un espacio público, con un carácter lúdico y buscando dotar al lugar de una sensación de relax… Tras finalizar mi “gran proyecto” del que me sentía bastante orgulloso, cuál fue mi sorpresa cuando el profesor no supo apreciar la calidad de mi proyecto y todo su comentario fue “esta sobreedificado, quita importancia a lo realmente importante del lugar”… Me sentí bastante molesto y en cierto modo en desacuerdo, y aunque eso quedó algo olvidado con el paso del tiempo, con esta reflexión me ha venido a la mente ese proyecto como un meteorito arrasador. Ahora soy capaz de entender lo que aquel profesor me estaba queriendo decir, y me ha costado cosa de 2 años, pero por desgracia pienso que en muchas ocasiones no llegamos a ser conscientes de esto.

                Con todo esto quiero decir que muchas veces comenzamos poniendo una piedra, y esta nos incita a otra, y esta última a una más… y cuando queremos darnos cuenta hemos levantado un muro donde a lo mejor habría bastado con la primera que pusimos. Acabamos dando más importancia a lo que hemos construido/proyectado cuando a lo mejor lo verdaderamente relevante del lugar es lo que ya existía y funcionaba sin precisar de nuestra intervención.

Procedencia de la imagen: www.urban-networks.blogspot.com