Proyecto: Urban Games 2015
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
THE HUMAN SCALE
Cada vez más, nos encontramos con ciudades enteras mal realizadas. Ciudades que no cumplen bien con su función y puede ser tan solo por un error de escala. Tendemos a pensar los espacios por dimensiones pero nos quedamos en lo básico, en lo superficial.
Cuando vamos por la calle nos topamos con lugares que no se comportan como deberían tan solo porque están pensados para personas pero sin llegar a tomar a estas como ejemplo, como el origen de todo, como la pieza que nos va a dar las proporciones no solo métricas sino de movimientos, de usos, de relaciones con el entorno…
Infinitos casos se dan de calles que toman como referencia el coche, generando espacios invivibles para los peatones. La esencia de las calles reside en la vida que en ellas se genera, vida común. Una vida que se vuelve individual con los vehículos. Las calles adoptan un papel de elemento comunicadores de edificios, meras vías que nos llevan de donde vivimos a donde trabajamos y viceversa. Si esto sigue así, probablemente perdamos por completo lo poco que queda de ciudad en nuestras ciudades.
Cuando diseñamos un auditorio o un espacio que ha de albergar mucha gente, tratamos de analizar cuanta gente va a utilizarlo, y como se van a mover y comportar unos con respecto a otros, y por lo general lo sabemos resolver de forma adecuada dentro de su complejidad. Sin embargo cuando trasladamos esta misma teoría a un espacio exterior, muchas veces pasa como desapercibido. Así se dan lugares como Time Square que no llega a albergar tanta gente como debería, y como el caso de Compenhague y otros nombrados en el video.
En ocasiones esto también se convierte en un reflejo de la sociedad actual, al menos en nuestro alrededor, pienso que cada vez vivimos mas para el trabajo o los estudios, lo cual puede entenderse en cierto modo por la situación económica algo delicada que nos envuelve a la mayoría, pero en muchas ocasiones esto se refleja en como vamos corriendo de un lado a otro, cada vez utilizamos menos la calle como deberíamos, potenciamos esa función de conector, e ignoramos ese carácter de espacio de vida, de generación de relaciones entre ciudadanos.
Así que, de algún modo, quizá la culpa no sea en su totalidad del urbanista, quizás el urbanista se ha limitado a reflejar en las calles esta sociedad actual, dando lugar a estos “surcos inertes” que cruzan nuestras ciudades.
Procedencia de la imagen: danielmartinezarquitectura.blogspot.com
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