"La forma es una cualidad de los lugares materiales que permite desarrollar una espacialidad concreta."

La naturaleza del eje es muy antigua. El trazo de líneas rectas marcando la conexión entre dos hitos o límites entre diversos espacios. La abstracción ha sido una de las herramientas más poderosas para el desarrollo urbano, así las personas nos hemos impuesto a la naturaleza en cuánto a la forma del paisaje y hemos permitido el orden y la jerarquización, orden espacial que deriva en un orden social.

Así como la técnica permitió grandes ejes urbanos cuando los movimientos de tierra que debían llevarse a cabo parecían inabarcables, antes también hubo quién se dedicó a construir ejes adaptándose a las curvas del terreno. A mi parecer los caminos que antaño unían grandes plantaciones o cultivos, como todo lo considerado como camino, senda o carretera, constituyen ya un eje, materializado en el flujo, y por tanto el contacto con, de más personas. Hay que tener en cuenta que también los animales, en transhumancia, son capaces de crearlos.

A parte de la conexión entre dos espacios de algún modo importantes, los ejes, también se remiten a una centralidad que crea una imagen de espacio propio, único. Desde el nacimiento de la sociedad sedentarista existe el concepto de identidad relacionado con el lugar que ésta ocupa y en contraposición sútil, aunque fuerte, con los núcleos urbanos cercanos. Uno tras otro los núcleos urbanos formán una dirección que sitúan a quién la conoce y le permitie así, ubicarse en los alrededores de su ciudad.

Los ejes son una pista para encontrarse cuando las personas nos perdemos.