El texto nos plantea la cuestión de algo que damos por sentado sabemos, ¿Qué es el espacio público? Sabemos de ellos que son lugares que no tienen un dueño concreto, sino un colectivo. El problema que tenemos es que la mayoría de estos espacios se han creado para rellenar huecos en las tramas urbanas y no para solucionar ciertas problemáticas de estas, siendo así poco prácticos para los usuarios.

Esta problemática de la disfunción de los espacios públicos es la que inunda nuestras ciudades hoy día, pues se crean espacios vacíos de función que solo pueden decir de ellos mismos que están ocupando un espacio, pero que no aportan nada, absolutamente nada a sus usuarios, cuando deberían de ser un lugar de encuentros, de conexiones, etc.

Cuando se realiza el proyecto de un espacio público hay que pensar que va a aportar a su usuario tipo, es decir, que problema le soluciona a quien lo usa. Así pues, el espacio público ha de ser funcional y atractivo para el usuario. Si los espacios públicos no están bien resueltos, la ciudad no funcionara bien.

Así pues, si el espacio público está pensado para el usuario, este debe pensar en el proyecto y cuidar sus instalaciones debidamente, pues la relación mutua de servicio y disfrute es plena siendo bidireccional, y esto es lo que a todos nos debe calar en la conciencia.