Durante el transcurso de la asimilación de la nueva normalidad y tras estar tres meses en nuestras casas, ha sido cuando tomamos conciencia de que las ciudades son nuestra carcel elegida por nosotros mismos. Habitualmente elegimos nuestra residencia teniendo en cuenta aspectos que son externos a nuestra vivienda, cercanía al trabajo, tiendas, bares, familiares. Pero lo que no solemos tener en cuenta es en la ubicación en si de la vivienda, porque nadie se imaginaba que por culpa de una pandemia nos veríamos obligados a permanecer entre cuatro paredes y seria en ese momento cuando tomaríamos conciencia de los errores y aciertos de nuestras casas. Es cierto que en los últimos años hemos tomado conciencia de la importancia de la creación de zonas verdes en entornos residenciales que sirvan como lugares de ocio sano para la población. Paseando por el casco antiguo de la ciudad, el Albaicín, me doy cuenta de lo duro que a tenido que ser vivir una cuarentena entre calles estrechas, sin vegetación alguna y la mayoría sin vistas a nada, con suerte a la casa de su vecino. En el casco antiguo la ausencia de coches es algo que especialmente no se habrá notado ya que por las dimensiones de las calles el tráfico es muy reducido pero conforme vas recorriendo la cuidad hacia las afueras comprobamos que la contaminación acústica debido a los vehículos es excesivas tras unos meses de silencio casi absoluto. Por lo tanto a la hora de crear las ciudades, plantear nuevos planes urbanísticos o incluso a la hora de realidad edificaciones de carácter residencial una de las cosas que deberíamos tener en cuenta en la total separación de zonas verdes con el tránsito de vehículos y algo que toda persona que vive en esta ciudad valora, las vista. Calles amplias, con vegetación y llenas de vida por si volvemos a tener que quedarnos encerrados involuntariamente al menos que nos entre un poco de libertad por la ventana.
Hola Alex, En general se echa en falta un poco más de precisión en la expresión gráfica. Dibujar a mano no significa que en algunos casos, como en estos ejercicios, no usemos reglas (escuadra, cartabón, escalímetro...) y demos precisión a los planos y secciones. 1. del modelo de Tuscolano, mejor valoración del entorno, perímetro (vias de tren traseras), diferenciación parcelaria y construido. 2-3-4. No se entiende planta vivienda, planta general y volumetría (circulación, accesos,...). Cuidar la relación con el entorno urbano y composición interna. No se trata solo de cumplir con las densidades solicitadas. Saludos.
Por cierto, también falta el apartado de medidas y tablas comparativas.
Hola Alex, 1 y 2. La valoración de los usos es excesivamente esquemática y pobre, por eso la propuesta se hace poco creible. Ya se hace mercado efímero en la calle torre de Comares y Torre de Pólvora, que funciona bien cortando uno de los viales, si reducir más espacios verdes urbanos, de cierta dimensión de la ciudad, y vistas a Sierra Nevada. 3. Del modelo, ha faltado una cierta descripción arquitectónica de la propuesta, (volumetría, sección, tipos arquitectónicos básicos usados...)
Hola Alex, 1. En el primer ejercicio de plano de ciudades y formas, se aprecia poco el valor del relieve y la situación geográfica de la ciudad (ríos, autovía, ladera realejo...) así como de las formas urbanas características y sus valores específicos (Escolarpios, carrera de la Virgen...). 2. Del Modelo, yo hubiera tratado de mostrar con más claridad los accesos y las variaciones de composición de conjunto (retranqueos, adaptación a la topografía y orientación solar...). 3. De la propuesta, entender la integración en el entorno urbano (al girar la orientación del dibujo con respecto al plano general de la ventana, despista). Saludos.
Muy bien. Pero ten en cuenta que esta situación ha sido muy singular, y que construir calles amplias por defecto puede genera otro tipo de problemas (sostenibilidad climática, interacción social urbana...). Pero estoy de acuerdo contigo en que hay que mejorar la habitabilidad tanto arquitectónica como urbana de las ciudades. Saludos.
¿Qué pasó con el resto de las reseñas de las lecturas realizadas?
Durante el transcurso de la asimilación de la nueva normalidad y tras estar tres meses en nuestras casas, ha sido cuando tomamos conciencia de que las ciudades son nuestra carcel elegida por nosotros mismos. Habitualmente elegimos nuestra residencia teniendo en cuenta aspectos que son externos a nuestra vivienda, cercanía al trabajo, tiendas, bares, familiares. Pero lo que no solemos tener en cuenta es en la ubicación en si de la vivienda, porque nadie se imaginaba que por culpa de una pandemia nos veríamos obligados a permanecer entre cuatro paredes y seria en ese momento cuando tomaríamos conciencia de los errores y aciertos de nuestras casas. Es cierto que en los últimos años hemos tomado conciencia de la importancia de la creación de zonas verdes en entornos residenciales que sirvan como lugares de ocio sano para la población. Paseando por el casco antiguo de la ciudad, el Albaicín, me doy cuenta de lo duro que a tenido que ser vivir una cuarentena entre calles estrechas, sin vegetación alguna y la mayoría sin vistas a nada, con suerte a la casa de su vecino. En el casco antiguo la ausencia de coches es algo que especialmente no se habrá notado ya que por las dimensiones de las calles el tráfico es muy reducido pero conforme vas recorriendo la cuidad hacia las afueras comprobamos que la contaminación acústica debido a los vehículos es excesivas tras unos meses de silencio casi absoluto. Por lo tanto a la hora de crear las ciudades, plantear nuevos planes urbanísticos o incluso a la hora de realidad edificaciones de carácter residencial una de las cosas que deberíamos tener en cuenta en la total separación de zonas verdes con el tránsito de vehículos y algo que toda persona que vive en esta ciudad valora, las vista. Calles amplias, con vegetación y llenas de vida por si volvemos a tener que quedarnos encerrados involuntariamente al menos que nos entre un poco de libertad por la ventana.