Tras leer el texto saco de él tres conclusiones.

La primera que no tenemos un buen concepto de espacio público, que no sabemos definirlo. Consideramos el espacio público como una plaza o una calle cuando engloba mucha más. Al fin y al cabo la mayoría de los espacios que nos rodean son utilizados por todos los ciudadanos, así que finalmente todos estos espacios deberían ser considerados espacios públicos

La segunda es que tendemos a entender el espacio público como un espacio delimitado, citando el propio texto “El buen espacio público no tiene límites. Cuando lo definimos lo segregamos.” Es un error intentar crear un buen espacio público sin integrarlo con los elementos que lo rodean, con la ciudad en sí. Es precisamente la ambigüedad del espacio lo que enriquece la cantidad de actividades que se pueden desarrollar en él.

La tercera y última es la forma de diseñar el espacio público, no podemos conformarnos con elementos anecdóticos que carecen de identidad alguna. Crear un espacio público no consiste únicamente en pavimentarlo y colocar aleatoriamente farolas y bancos. Más bien consiste en dotarlo de un carácter propio, de una atmósfera, de establecer relaciones con el lugar, la topografía, las costumbres del lugar… No es solo darle una función, que también, pero es ser capaz de crear un ambiente que invite a estar y a participar en ese espacio. Creo que en esta parte podríamos incluir las distintas formas que el texto nombra de como proyectar un espacio público.

Por último creo que el texto se podría resumir en esta frase del mismo “Los espacios públicos serán tales en tanto construyan el sistema común del espacio urbano más que una obra cerrada. Como definitorios de un modelo de ciudad sin perímetros más que como arquitectura en cota cero. Como representación de la movilidad, la convivencia y el conflicto, más que como paisaje estilizado”