Para trazar es necesario tener una visión global y detallada de la ciudad, sin dejar de atender ningún problema complejo que pueda surgir y teniendo claro el horizonte espacial y temporal de la ciudad.

Los hitos y las calles están relacionadas, no se puede entender la trama urbana sin tener en cuenta ambos. Los hitos sirven como lugares de referencia, y uniendo estos lugares surgen las calles. Por ello a la hora de trazar en el territorio hay que conocer los lugares que se deben relacionar y como relacionarlos.

De estos trazados surgen lugares para la relación, espacios públicos y colectivos. Sin embargo estos espacios están desapareciendo ya que se intenta simplificar la tipología, privándonos de una ciudad diversa y compleja.

También hay que parcelar el territorio. Hay muchas formas de hacerlo, desde las más antiguas a las más modernas, pero todas tienen un reflejo de la idea multiescalar, “lo pequeño es subdivisión y repetición de lo grande”.

Las medidas son una parte importante a la hora de trazar, es necesario utilizar distintas escalas para no perder todas las oportunidades que el proyecto de ciudad ofrece.

Trazar franjas longitudinales extensas es muy útil actualmente, ya que predomina el movimiento en transporte (coche, tren, autobús…). Estos trazados además aportan a la ciudad unos márgenes claros.