El espacio entre arquitecturas, ¿Cuánto ocupa en la ciudad? Apuesto a que más del que pensamos, sin embargo, lo encontramos irrelevante, no lo analizamos ni lo tenemos en cuenta, parece no estar a la altura de la propia arquitectura. La realidad es que están íntimamente relacionadas y con el desprecio hacia alguna de ellas solo se empobrece el conjunto. 

La calle se corona como la estrella en este espacio, permite la movilidad, provoca una limitación visual y permite crear la imagen deseada. La plaza se configura como el encuentro de estas. La ciudad actual ha sido reducida a un juego geométrico de calles rectilíneas y plazas como localizaciones preferentes en una relación de distancias. ¿Dónde está en todo esto el territorio, las particularidades del lugar?  

La línea recta se corrompe como solución urbana en el momento en que solo es concebida como lugar de tránsito, una linea de fuerza que une distintos nodos y se dispone de forma que podamos atravesarla lo más rápido posible. Deja de ser lugar para ser otra cosa.  

La globalización nos ha llevado a resolver de igual modo lugares muy distintos, provocando una pérdida de identidad. El desarrollo tecnológico nos ha ayudado a comprender de mejor modo el lugar, pero también a modificarlo cada vez más a nuestro antojo, alejándolo de su entorno y provocando graves problemas.  

La cuestión medioambiental se está convirtiendo en única manera de actuar frente al problema, como si se tratara de una cuestión científica solucionable. Pienso que el desarrollo del espacio entre arquitecturas es un ejercicio más complejo, debe realizarse de forma intuitiva, atendiendo a lo ya existente y encontrando el modo en que la tecnología solo sume y en ningún momento suponga un perjuicio. Se trata de encontrar una solución y asumir que el tiempo la dejará obsoleta.  

Imagen: La Dèfense de Paris. Wikimedia