Antiguamente las ciudades crecían de forma anárquica, irregular, y con el tiempo a éstas se les incorporan ejes, intervenciones en las que se generan ensanches o similar... La ciudad hoy día no se conoce sin algún tipo de eje, o ejes, como ocurre en Norteamérica, cuyas ciudades surgen recientemente y tienen una trama preferentemente ortogonal. Entonces cabe recapitular; las ciudades modernas surgen a partir de unos ejes que las ordenan, las ciudades antiguas que carecían de éstos, los incorporan. Si esto es así, ¿entendemos entonces que para la adecuada evolución y crecimiento de una ciudad es necesaria la existencia de ejes? Parece que sí. Los ejes facilitan el tránsito, mejoran las conexiones y sirven de relación entre puntos importantes… Y esto en una gran ciudad es indiscutiblemente necesario.

Si bien, estos ejes pueden resultar aburridos; cuando son calles relativamente anchas, restan protagonismo al peatón, dándoselo al tráfico rodado, además, generalmente, son rectilíneos, lo que evidencia esto mucho más. ¿Tiene que ser rectilíneo un eje? Por pretender serlos, se han realizado numerosos ensanches barriendo el tejido histórico en el que se posan, perdiéndose zonas y tramas de ciudad que quizá no habría sido necesario adaptándose el eje a un recorrido distinto. Pienso que hay que tratar estos importantes elementos de la ciudad de cierta forma, para que no acaben perjudicando a la misma.