Durante el recorrido han salido a la luz varios aspectos urbanos interesantes como el cambio tan drástico de naturaleza a ciudad, las diferencias también drásticas y en poco espacio entre unas calles y otras dependiendo de su tráfico, tránsito, anchura, edificaciones y usos, también temas de mejoras posibles para calles "muertas" o calles con mucho tránsito pero poca vida, debido al ruido, tráfico etc, también mejoras para sendas desaprovechadas pudiendo crear un lugar diferente, siendo hoy casi desconocido por su mal acceso, cuidado y estado.

Destacar que en poco espacio y en un recorrido relativamente corto, se produce un cambio muy rápido entre el fuera, el dentro y el volver al fuera de la ciudad más urbana, es decir, un paso de la vega a la edificación y otro más para llegar a la ladera del monte de la Alhambra.

Entre la vega y la ciudad urbana hay una barrera clara, visual y física, la circunvalación, impidiendo el paso (exceptuando los accesos) e impidiendo también de alguna manera el crecimiento de la ciudad ya que la cerca y crea un parón dando sensación de que hay un "dentro" y un "fuera".

Con respecto a la ciudad y la ladera del monte, no hay una barrera física tan clara pero sí una barrera invisible creada por la inseguridad de un sitio sin iluminación y por el desaprovechamiento de unas vistas tapadas por un muro.

Todo esto nos hace reflexionar sobre las barreras que pone el hombre, que aun siendo físicas o no, puedan hacer ruido o demasiado silencio, generan una respuesta en nosotros, respuesta que debe hacernos pensar y crear propuestas para la mejora o la revalorización de rincones inutilizados.