El éxito publicitario de las arquitecturas es un factor que condiciona para un público no concienciado y sin experiencia, y que a su vez se extiende como una epidemia, despojándolo de juicio propio y empapándose de convencionalismos.
Por otro lado, con respecto a la Expo de Zaragoza muestra su descontento respecto a la descontrolada ocupación del suelo, sin tener en cuenta un posible progreso de la ciudad alrededor del río ni de un previo plan urbanístico como es así el plan de ordenación urbana junto al río de la ciudad de Viena, proyecto formado por tres capas diferentes, según la sensibilidad a los vientos y las inundaciones. Coloca una zona de ocio en la orilla, un paseo intermedio, y otro superior protegido por árboles de hoja perenne.
Se habla incluso del deceso del urbanismo de las ciudades, de no poner antención a lo que rodea, de ahogarse en los centros urbanos y en las edificaciones aisladas sin tener en cuenta la modernización de la ciudad, buscando un lugar que cautive sin que se quede en un ente estético.
La estrategia de cambio está en las manos de los ciudadanos y de los propios arquitectos, la ciudad no es lo que conocemos actualmente, tiene una historia, un determinando desarrollo, y nuestra función reside descubrirlo, aprender a conocer la ciudad y dotarle de sus mejores desafios intelectuales.