La avaricia por ser una de las grandes estrellas debido al éxito de los arquitectos, esta haciendo que perdamos el juicio sin importarnos la ciudad, solo dando importancia a los edificios, construyendo una falsa ciudad.  Debemos crear una arquitectura que interese y sirva para la gran mayoría de las personas.

Un ejemplo clave que cita  De Solà-Morales es que con la creación de todos los edificios para la Expo de Zaragoza de esa manera se ha desaprovechado la ciudad en grandes rasgos, pues teniendo el privilegio de tener a su paso el río Ebro, se ha podido crear edificios a sus dos lados, siguiendo el ejemplo de ciudades como Paris, dando más vida y movimiento, sin embargo han creado edificios creando grandes vacios en la ciudad, pero sin embargo lo que interesaba con la creación de la Expo era el movimiento de dinero, el hacer y hacer edificios sin tener en cuenta lo que generaría en el tejido urbano de la ciudad de Zaragoza.

Hoy en día y con la sucesión de acontecimientos como la crisis económica se ha perdido esa ilusión, la imaginación por un futuro, lo que desemboca en un mal planteamiento del urbanismo, hay que tener deseos para adquirir la calidad de la que deben estar dotadas las ciudades.

Solo nos importa el mero comercio de la vida, cita Solà-Morales ''todo es un desastre, pero a mí dame esas viviendas, que las haré'', esa podría ser una respuesta común entre promotores, constructores y arquitectos, dando solo importancia a lo que proyectan, a esas viviendas, sin importarles la ciudad, lo que envolverá sus viviendas proyectadas.

Respecto a las ciudades históricas si es verdad que las ciudades actuales son más interesantes aunque no tengan tanta belleza, pero en ellas se desarrollan funcionamientos más complejos, diversidad de elementos que hacen que en ella se cree muchísima más vida y distintas formas de vida. A todo esto Manuel cita '' La ciudades una máquina cada vez más rica y diversa'', los ciudadanos nos enriquecemos en ella.

A la hora de desarrollar ese urbanismo hay que tener en cuenta dice Solà-Morales, la materialidad, hay que tener en cuenta la zona urbana, no colocar edificios que sean totalmente ajenos a esa zona, pues se produciría algo anti urbano, hay que materializar esa condición urbana, hay que tener en cuenta esa piel de la ciudad, la piel es con lo que todo ciudadano interactúa de la ciudad directamente, tocar, caminar sobre una superficie, si esta en cuesta o es plano, si esta cerrado o abierto.

A modo de conclusión hay que quitarnos ese cuerpo de arquitecto avaricioso, en el que solo nos importa el comercio de crear y crear más edificios para obtener más beneficios, sin tener en cuenta la importancia de la ciudad, lo subjetivo y lo colectivo forman la ciudad, creando esa diferencia con el campo, en esa ciudad compartimos y por tanto una buena arquitectura es imprescindible.

Imagen de portada: http://www.dw.com/es/artista-analiza-diferencias-entre-berl%C3%ADn-y-ciudad-de-m%C3%A9xico/a-17348621