El texto"¿Qué ha sido del urbanismo?", por Rem Koolhas, tiene por título original What Ever Happened to Urbanism? escrito como un artículo periodístico para The Monicelli Press, New York en 1955, un contexto de transición entre el postmodernismo y la arquitectura contemporánea, una especie de ruptura con el funcionalismo estricto de después de la II guerra mundial y el predominio de revisiones historicistas de los años 70 y 80.

El tema del texto es la adaptación de la idea de urbanismo arcaico a uno más contemporáneo que no pretenda controlar con leyes fijas algo profundamente mutable como la ciudad.

El desarrollo del movimiento moderno y postmoderno ha sido un eje transformador de nuestra arquitectura durante más de la mitad del siglo XX, pero ha dejado atrás al urbanismo, que está siendo desbordado por el crecimiento de la población mundial, y aún se rige por esquemas autoritarios, que no leen las particularidades de los trazados existentes.

Ruptura es la palabra clave para definir lo que comienza a cuajar en el contexto del urbanismo en los años 90, y que tiene como precedente la revolución de mayo del 68, que obliga a tomar las riendas de una sociedad que se llena de injusticia social y relega el papel de lo humano a un plano secundario, la juventud y las ideas nuevas son las que tienen interés y por las que se apuesta en esta nueva era que venía desarrollándose en todos los frentes.

Todo el empirismo que se refleja en las tramas urbanas mecanizadas y rígidas formadas por módulos solapados, que jerarquizan el espacio y le roban libertad dejan de servir a una sociedad que la reclama (la libertad), y que no cabe en esos programas funcionales.

El texto se llena de comparaciones catastróficas con un aire de pesimismo recurrente en construcciones como: Castillos de arena (como algo muy inestable), “nuestro” caos (con un aire de responsabilidad), vergüenza colectiva, engaño, magia que no funciona…, referenciados a unos valores o reglas del pensamiento urbano y arquitectónico precedente que son criticados fuertemente.

La mejor forma de entender el nuevo orden que el autor pronostica en las ciudades es que no tiene que ser visto como algo nuevo, sino como algo que simplemente se añade a lo que existe y que no está limitado o acotado, sino que fluye entre la ciudad y la cualifica, la prepara para los nuevos usos que demanda.

Hay que ser conscientes de que las ciudades son el invento más complejo y dinámico que ha creado el hombre, y que el urbanismo desde su posición teórica no puede pretender entender y regir bajo unos dogmas o teorías FIJAS. que los muros y las ventanas sólo encierran al cuerpo, pero el hombre se mueve también con su mente, y eso el urbanismo no puede ordenarlo ni clasificarlo, sólo podemos desde nuestra humilde posición tratar de no obstaculizar el crecimiento de la sociedad tanto en cantidad como en aspiraciones.